martes, 10 de noviembre de 2020

El modelo económico que queremos los peruanos*


"Economía Social de Mercado" es algo que ha sido repetido muchísimas veces por los políticos, los medios de comunicación y seguro también en muchas de las conversaciones de todos los peruanos últimamente. El análisis y juicio de nuestro actual modelo económico fue uno de los principales temas del último proceso electoral. Pero, ¿qué es exactamente una Economía Social de Mercado? ¿Refleja la realidad peruana este modelo económico?

El término Economía Social de Mercado (ESM), o Soziale Marktwirtschaft en alemán, fue usado por primera vez por Alfred Müller-Armack, para describir un modelo económico concebido en la República Federal Alemana después de la segunda guerra mundial. Al principio fue un modelo muy controversial, pero rápidamente obtuvo gran aceptación al ser asociado a la recuperación económica de Alemania en los años 50 y 60.

En sus inicios, la ESM fue una idea del partido democratacristiano, un partido político de centro derecha que lideró el gobierno federal alemán de 1949 a 1969. Sin embargo, la Economía Social de Mercado también ha tenido influencias de la socialdemocracia –que es de centro izquierda– en su concepción actual. Este modelo es entonces el resultado de una suerte de compromiso bipartidista con el cual se buscó balancear los objetivos económicos que priorizan la derecha (crecimiento económico, baja inflación) y la izquierda (bajo nivel de desempleo, buenas condiciones laborales). Aunque la ESM se hizo popular primero en Alemania, sus principios fueron luego tomados por otros países de Europa.

En líneas generales, se puede decir que la ESM descansa en 3 pilares:

(1) El libre mercado. Lo que incluye, entre otros, el libre comercio, la propiedad privada y la libre formación de precios; todo esto limitado por restricciones básicas como la regulación antimonopolio.

(2) Un régimen laboral sin intervención estatal. Esto significa que las condiciones mínimas de trabajo no serán fijadas por el Estado, sino por medio de contratos colectivos de trabajo entre los trabajadores y los empleadores –lo cual exige fuertes y responsables sindicatos. En Alemania y Austria, por ejemplo, mediante la ausencia de un sueldo mínimo universal legalmente reglamentado y más bien, el sueldo mínimo depende del rubro, empresa y lugar.

(3) Un fuerte sistema de seguridad social. Es decir, un sistema universal que llene los vacíos que el libre mercado pueda dejar, incluyendo pensión de jubilación, seguro de salud y seguro de desempleo –el tercer pilar evidencia la influencia de la socialdemocracia al acercar este modelo al Estado de bienestar (más conocido como welfare State), del cual Alemania es uno de los principales ejemplos.

Teniendo una clara definición del modelo de ESM, cabe preguntar si es en efecto este el sistema que tenemos en el Perú. La Constitución del Perú indica en el artículo 58:

"La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado. Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura."

Este artículo claramente hace referencia a la ESM como un modelo en el que el Estado tendrá un rol limitado. Sin embargo, la definición de la constitución peruana es diferente a la versión original de la ESM en cuanto al régimen laboral. El artículo 24 clarifica que 

Las remuneraciones mínimas se regulan por el Estado […]”, aunque con la participación de los gremios de trabajadores y organizaciones de empleadores. 

Analizando la realidad del Perú a través de los 3 pilares que definen la ESM, está claro que solo el primero rige actualmente. Nuestro régimen laboral tiene una fuerte intervención estatal, evidenciado en el sueldo mínimo fijado por el gobierno, lo cual, paradójicamente, está reglamentado en el artículo 24 de la constitución. Así mismo, los servicios de seguridad social del Estado no alcanzan a una buena parte de la población y tienen serios problemas de eficiencia. No se puede decir entonces que en el Perú exista un modelo económico como el de ESM. En todo caso, se puede explicar que aunque se busca este modelo como ideal, nuestra realidad refleja solo una ESM incompleta debido a un problema de aplicación.

Una vez entendida la ESM y comparada con la realidad peruana, surge la pregunta de si es este u otro el modelo que queremos los peruanos. Al respecto, este artículo no puede sino invitar al lector a considerar el tema, formar una opinión y exigir a las diversas fuerzas políticas hacer lo mismo. Quizá entonces, para las próximas elecciones, podamos tener un debate más centrado y coherente que el de las últimas elecciones presidenciales sobre cuál es el modelo económico que queremos los peruanos.


*Artículo publicado en El Peruano el 3 de septiembre del 2013:

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